Sábanas y toallas son esa parte de la lencería del hogar que entra en contacto directo con nuestra piel diariamente. Por eso conviene conocer qué tejidos son los más adecuados. Apuesta por la calidad y aprende a diferenciar lo bueno de lo mediocre con estos consejos.

ROPA DE CAMA

La cama ocupa visualmente una gran parte del dormitorio. La ropa de cama debe ser, por tanto, una elección de primer orden en la decoración del dormitorio. Pero además, entre sábanas pasamos un tercio de nuestra vida, y para que el sueño sea más placentero y reparador conviene tener en cuenta la calidad de los tejidos con los que ponemos en contacto nuestra piel.

Las sábanas de algodón son probablemente la elección más acertada. El algodón está formado principalmente de celulosa, un elemento que da a los tejidos unas propiedades únicas de durabilidad, resistencia y absorción. Las sábanas de algodón cien por cien son frescas, transpiran y tienen un tacto muy agradable. Pero no basta que las sábanas sean de algodón para pensar son la mejor compra. Veamos…

  • La fibra del algodón la constituyen unos pelos largos que envuelven las semillas de la planta cuando ésta da fruto. Pero no todas las fibras de algodón son iguales: la calidad del algodón depende del largo de la fibra, su grosor y su resistencia.
  • Además es importante a la hora de determinar la calidad de unas sábanas la trama o urdimbre del tejido, es decir el número de hilos por pulgada cuadrada. De 100 a 200 hilos hablamos de una calidad baja; de 200 a 400 de una calidad alta. Más allá de estas cifras apenas se nota la diferencia…
  • Conclusión: al comprar sábanas, el fabricante puede indicar en el embalaje el dato de la urdimbre, pero normalmente no consta el del grosor del algodón. Y lo cierto es que a menudo es mejor un tejido con menos urdimbre y una fibra de algodón más gruesa. Déjate aconsejar en una tienda de ropa de cama de calidad y sobre todo observa y toca todas las sábanas hasta que sepas apreciar las diferencias.
  • Las sábanas de algodón egipcio son consideradas las de mejor calidad, ya que sus hebras son más largas, y son una buena inversión. Pero recuerda que es difícil que se parezcan a las suavísimas y crujientes sábanas de los hoteles, porque el algodón va adquiriendo suavidad con cada lavado (y en casa se lavarán mucho menos que en un establecimiento público).
  • Puedes considerar también la compra de sábanas de percal, otra calidad de algodón muy alta. El percal es un tejido de algodón muy denso, que se hace con algodón cardado y peinado. Son sábanas muy finas y la cuenta de 200 hilos mínimos aporta un tacto de seda. 

Las sábanas de mezcla son la otra opción a considerar si para ti es importante que las sábanas no se arruguen en cada lavada: no consideres una elección las que tienen más poliéster que algodón: mejor un 50%-50%. Es también la alternativa económica al algodón 100%, aunque no siempre. Pero -¡ojo!- algunas forman bolitas a  medida que se lavan, debido precisamente a que las fibras son más cortas.

Las sábanas de raso y seda son la opción más elegante en materia de ropa de cama. Su principal ventaja es que ofrecen un tacto muy agradable, y son muy frescas. La seda además tiene propiedades antialérgicas.

Mantenimiento

Es importante lavar antes de usar por primera vez. Las sábanas de algodón encogen hasta un 12% en la primera lavada, lo cual ya suele ser tenido en cuenta por el fabricante en el tamaño. Lava a la temperatura indicada en la etiqueta y tiende rápidamente después de lavar o extrae de la secadora aún ligeramente húmedas si no quieres planchar. Si pones un poco de bicarbonato en el lavado, desodorizas y blanqueas (ojo, tener en cuenta si son de color). El sol es el mejor desinfectante.

ROPA DE BAÑO

Las toallas pueden considerarse ropa íntima, y por eso la suavidad y la capacidad de absorción son fundamentales. Elegir unas buenas toallas es algo que se adquiere de forma natural con la experiencia: en general, las buenas toallas son caras, pero compensa porque la inversión se amortiza con el tiempo que duran y lo agradable de su uso.

Importa mucho el contacto visual con el producto y el tacto. Las toallas deben tener cierto peso y resultar suaves al tocarlas. En general, la calidad de las toallas se determina por el peso. Si tienen más de 500 gramos por metro cuadrado, estás ante una toalla de calidad óptima. A partir de 400 gramos, ya se pueden considerar de buena calidad. En albornoces se admite menos peso para que no resulten incómodos: unos 400 gramos.

Las toallas de algodón 100% son la única elección posible si quieres calidad. Aquí no hay mezclas que valgan: las toallas siempre deben ser de algodón 100%. Si el algodón es peinado, lo que significa que sus hebras son más largas, mucho mejor. Otra forma de comprobar la calidad es tocar la felpa y tomar un “pellizco” de tejido entre los dedos para observarlo cuidadosamente: si ves que cada hilo se compone de dos hebras, estás ante una calidad superior.

Mantenimiento

Lava siempre antes del primer uso. Ten en cuenta que las toallas no necesitan suavizante, al contrario de lo que muchos piensan, ya que su materia prima y su trama tienen suavidad sin necesidad de usar ningún aditivo. Lo mejor es secarlas al aire libre, pero intentando que nos dé el sol para que no se queden demasiado rígidas.

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